Blanca y radiante va... ¿la familia entera?

Si hay una familia que nadie esperaba ver en los primeros puestos de los rankings de taquilla, ésa es la familia Portokalos. Y es que, a la chita callando, fueron muchos los que recibieron la invitación para ser testigo de una boda más que peculiar... Una gran boda griega.

Si vosotros no recibisteis esa invitación, os estaréis preguntando qué es lo que tiene de peculiar una boda. O para ser más exactos, una boda griega. Pero para saberlo, tendré que presentaros a los protagonistas...

Toula Portokalos

Nadie en la familia de Toula pensó que fuera a casarse. La verdad es que parecía lógico: Toula trabajaba como camarera en el restaurante de sus padres y no es que se arreglara mucho, que digamos. No tenía vida social, vivía única y exclusivamente para el restaurante. Es por eso que su padre la veía como su heredera, la que seguiría la tradición que él trajo desde la Hélade cuando emigró a Estados Unidos.

Pero todo cambia cuando decide dejar de ser esa especie de cariátide con cafetera y se pone a estudiar turismo y a trabajar en la agencia de viajes de su tía. Toula se abre al mundo exterior y en él descubrirá a Ian, un apuesto profesor de Literatura que se enamorará de ella sin saber lo que se le avecina con su nueva familia política (que es mucho). Gracias al amor (oooooooh...), la familia de Toula deberá aceptar a la nueva persona en la que se ha convertido, dispuesta a casarse... ¡con un no griego!

Gus Portokalos

El padre de Toula, Gus, vive obsesionado por su país y su cultura. Y no le basta con que la puerta del garaje de su casa esté pintada con la bandera griega... Para él, todas las palabras proceden del griego. Por eso a Gus le resultará difícil entender por qué su hija ha elegido casarse con un xeno (extranjero), si a eso le sumamos el hecho de que no volverá a ser la hija que era. Ian lo tendrá difícil, pero para Gus todo se cura con un buen limpiacristales...

María Portokalos

María, la madre de Toula, es la típica madre comprensiva que hace cualquier cosa por la felicidad de su hija. Por ello le ayuda a convencer a su padre para dejar el restaurante y trabajar en la agencia de su tía, y será su mayor apoyo cuando tenga que hacer ver a su familia que no es tan desastroso que se case con un 'no-griego'. Lo que María no asumirá tan bien es lidiar con las costumbres de la nueva familia de su hija, ya que la cultura, aunque no lo queramos, siempre supone una barrera, y más si el otro no está muy por la labor...

Ian Miller

Y cómo no, no podíamos dejarnos al novio. Ian es el galán apuesto e inteligente que esperamos ver aparecer todas las chicas feas (ya podría aprender de él mi marido). Está ahí para hacernos creer que alguien como él puede fijarse en nosotras (en Toula en este caso), y que es capaz de enfrentarse a nuestra familia, incluso de cambiarse de religión, simplemente porque nos quiere. Ideal, ¿verdad? Pero bueno, para eso está el cine, ¿no? Seguiremos soñando...

Sé que, a grandes rasgos, quizá os sigáis preguntando qué tiene de peculiar la familia Portokalos, si esta historia ya la habéis oído miles y miles de veces. Pero... ¿y si os adelanto el modelito que lucirán las damas de honor de tan esperada boda...?

Precioso, ¿verdad? Pues ya sabéis, si queréis descubrir si ese vestido sobrevivirá al sirtaki o si Toula es para Ian más guapa que Helena de Troya, animaos a descubrir esta divertida película. ¡Opa!